martes, 12 de mayo de 2009

Brindo por el amor, el humor y los proyectos

Salutación por el fin del 2000 y la llegada del 2001

Algunos de nosotros, cuando éramos más chicos, pensábamos que en el 2000 los automóviles serían voladores, podríamos optar por alimentarnos con cápsulas alimenticias como los astronautas del Apolo 11, habría alguna colonia de terrícolas ya establecida en Marte, podríamos comunicarnos en tiempo real viendo su imagen con alguien a kilómetros de distancia, habría robots para limpiar la casa y para hacer toda tarea que nos resultara ingrata, que podrían ser teledirigidos e incluso dirigidos a través de la voz humana... Algunas de estas cosas ya están pasando...

Y algunos de nosotros, también nos creímos, cuando éramos más chicos, que la "salud para todos en el año 2000" sería posible. Que ya no habría niños con hambre en ningún lugar del planeta. Que la producción mundial sería suficiente para abastecer en sus necesidades vitales a todos los seres humanos y que un gobierno global se encargaría de una distribución equitativa de los recursos existentes. Que siendo necesaria menos cantidad de trabajo para producir lo mismo, gracias a los avances tecnológicos, todos tendríamos más tiempo para el ocio creativo, no para la depresión generada por el desempleo y la imposibilidad de auto-sustento. Creíamos que habría justicia, libertad, modos más humanos y civilizados de intercambio, de crecimiento y de creatividad entre las personas... Y el 2000 llegó y ninguna de estas cosas está pasando...

Tal vez por eso a algunos de nosotros el 2000 se nos pasó volando, como si hubiese quedado aplastado entre el 1999 y el 2001 que ya llega. Se nos fue como agua entre los dedos, así como los sueños de cuando éramos más chicos.

Sé que desear que en el 2000 pase lo que no pasó en el 2001, después de esperarlo tantos años, es sólo fantasear. Sé que es imposible. Que lo que no pasó en el 2000 y debería haber pasado, y debería pasar en el 2001, tal vez no pase. Que tal vez también el 2001 se escape como agua entre los dedos...

Pero aunque siga pareciendo sólo un sueño, no puedo evitar desear que sea realidad, como cuando era más chica. No puedo evitar que aquellos sueños de justicia social, de salud para todos, aunque su realización parezca imposible, sigan habitando mis deseos.

A veces, cuando la realidad nos da ganas de decir "paren el mundo, que me quiero bajar", son tal vez nuestros sueños los que nos mantienen vivos.

Decía Armando Tejada Gómez, un trovador argentino, "Ahora voy a hablar del horizonte: No importa que sea lejos. Importa saber a dónde".

De modo que en estas fiestas, les deseo que puedan seguir deseando. Y que algunos de sus deseos se realicen en sus actos. Y que puedan disfrutar de estar vivos. Y que se sientan bien e irradien ese bienestar a quienes los rodeen. Alzo entonces mi copa de sueños y brindo con ustedes por el amor, el humor y los proyectos.



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